La Intitulatio o Intitulación es aquella parte del preámbulo de los documentos donde aparece el nombre, títulos, posesiones y demás atributos del autor del documento. Los documentos reales solemnes llevan todos el título largo, o grande, del rey y reflejan la Historia de España. Lo hace desde su nacimiento, en los pequeños reinos y condados medievales, hasta su crecimiento y unión definitiva, así como su expansión tanto por Europa, como al otro lado del Océano.

Se trata de la carta en la que D. Carlos, en unión con su madre doña Juana, que hasta el momento de su muerte en Tordesillas, en abril de 1555, figura en todos los documentos reales, ordena ejecutar la sentencia pronunciada por el presidente y oidores de la Real Audiencia de Granada el 24 de enero de 1552, por la que se declaran Libres y esentos de todos e cualesquier pechos e derechos servicios e imposiciones … a los vecinos e moradores de Alcalá la Real y su villa del Castillo de Locubin … y que les sea guardado el privilegio del rey don Alonso del que en dicha sentencia se hace memoria.
LA TITULACIÓN. TEXTO Y COMENTARIO
Don Carlos por la divina clemencia emperador semper augusto, Rey de Alemania. Doña Juana su madre y el mismo don Carlos, por la misma gracia, Reyes de Castilla,de León, de Aragón, de las dos Cecilias, de Iherusalem, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Gallizia, de Mallorcas, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdova, de Corcega, de Murcia, de Jahen, de los Algarves, de Algezira, de Gibraltar, de las Yslas de Canaria, de las Yndias islas e tierra firme del mar océano. Condes de Barcelona, señores de Vizcaya e de Molina. Duques de Athenas e de Neopatria. Condes de Rusyllon e de Cerdaña. Marqueses de Oristan e de Gociano, archiduques de Austria, duques de Borgoña e de Bravante. Condes de Flandes e de Tyrol. Etc.

ANÁLISIS HISTÓRICO
Reyes de Castilla y León
Estos dos reinos nacen del reino Asturiano, primer núcleo de la reconquista frente a la conquista musulmana del año 711. En su expansión hacia el sur, Asturias se convierte en reino de León, mientras que en su frontera oriental una serie de castillos dará origen al condado de Castilla, que mas tarde será convertido en reino por el testamento del rey navarro Sancho III el Mayor. Ambos reinos quedaron unidos de forma definitiva por Fernando III el Santo, hijo de Alfonso IX rey de León y Berenguela reina de Castilla, el año 1230.
De Aragón
En sus orígenes fue un pequeño condado pirenaico junto al río del que toma su nombre, con capital en Jaca. Dependió primero del emperador Carlomagno y sus sucesores, los carolingios y después de los reyes de Navarra. Fue elevado a categoría de reino por el testamento de Sancho III el Mayor. Sus reyes Pedro I y Alfonso I, su hijo, conquistaron Huesca y Zaragoza. A Ramiro II, el Monje, hermano y sucesor de éste, le sucede su hija Petronila, que gracias a su matrimonio con Ramón Berenguer IV, Conde de Barcelona, se unen Aragón y Cataluña. Su biznieto, Jaime I, reconquista Valencia quedando así constituida la Corona Aragonesa integrada por los reinos de Aragón y Valencia y el. Principado de Cataluña. Este es un conjunto de condados en la zona meridional de los Pirineos Orientales, cuya titulación figura posteriormente, tras los reinos.
De las dos Secilias
Comprende los reinos de Sicilia y Nápoles.
Sicilia: Esta isla fue conquistada por Pedro III de Aragón en 1282, basado en los derechos de su esposa Constanza, nieta del emperador Alemán Federico II, rey de Sicilia por su madre, hija y heredera del último rey normando de la isla.
Nápoles: Alfonso V de Aragón fue declarado sucesor de este reino por su última poseedora, pero tuvo que luchar con quién había sido declarado sucesor anteriormente, un duque de Anjou, al cual venció como la había hecho su antepasado Pedro III, con otro Anjou. Alfonso V, por carecer de hijos legítimos dejó Nápoles a uno de sus bastardos, pero la Corona Aragonesa pasó a su hermano Juan II, padre de Fernando el Católico, y fue este último quién unió Nápoles a la Corona, el año 1502, al ser destronado su rey acusado de entendimiento con los turcos.
De Jerusalén
Reino que teóricamente, pertenecía al de Sicilia por haber obtenido Federico II (el abuelo de Constanza la esposa de Pedro III) derecho a él por dos motivos: uno haberse casado con su hija del último de sus reyes cristianos, y otro haber adquirido condominio del reino por pacto con su soberano musulmán, en la VI Cruzada.
De Navarra
Nace, a principios de la Reconquista, como un pequeño reino alrededor de Pamplona que poco a poco, se va engrandeciendo por conquistas y matrimonios, hasta el punto de reunir, bajo Sancho III el Mayor, a casi toda la España cristiana. Pero ésta quedará dividida al repartirla el rey, por su testamento del año 1035, entre sus hijos. Además la creación de dos nuevos reinos, sobre los condados de Castilla y Aragón, cierra a Navarra la expansión hacia Al-Andalus, y la lleva a inclinarse hacia Francia, sin que por ello olvide a la Reconquista, como prueban la presencia de Sancho VII el Fuerte, en la batalla de las Navas de Tolosa (1212), en ayuda de Alfonso VIII de Castilla, y la de Felipe III el Noble en el cerco de Algeciras de Alfonso XI. Donde, por cierto, murió el Navarro en 1244.
De Granada
El último reino musulmán de España tiene sus orígenes en un personaje jiennense, Muhammar ben Yusef ben Nasar señor de Ariona, que supo darse cuenta de las excelentes condiciones defensivas del sudeste de Andalucía y, con tal de ser respetado en estos territorios conquistados por él, no dudó en rendir vasallaje a Fernando III y entregarle sus tierras de Jaén.
De 1231 a 1492 veinte reyes de su dinastía, los Nazaríes, desarrollaron una refinada cultura y se sostuvieron en parte por la ayuda de los musulmanes africanos; pero, sobretodo, por la división de los reinos cristianos. Cuando éstos se unen con Isabel y Fernando bastarán diez años de guerra para que Granada sea entregada, el 2 de enero de 1492, por su último rey Muhammand XII, Boabdil, que durante esos años, había tenido que luchar, además, contra otros dos reyes, su padre Muley Hazen y su tío Muhammad el Zagal.
De Toldedo
La conquista de la antigua capital del reino visigodo por Alfonso VI, el año 1085, tuvo una enorme repercusión en el mundo de entonces. Tanto el cristiano europeo como el musulmán africano.
De Valencia
Como vimos anteriormente fue tomada a los musulmanes por el rey aragonés Jaime I el Conquistador.
De Galicia
Fue el más poblado de los dominios de los reyes asturianos, conservando el prestigio anterior de haber sido reino de los suevos en la época visigoda y, sobre todo, el adquirido posteriormente a principios del siglo IX, por el descubrimiento de un sepulcro antiguo en Iria Flavia que se atribuyó al apóstol Santiago.
De Mallorca
Jaime I conquista, en 1229, las islas de Mallorca e Ibiza, creando con ellas un reino para su segundo hijo. Más tarde su nieto, Alfonso III se apodera de Menorca y, a mediados del siglo XIV,
Pedro IV el Ceremonioso anexiona a la Corona Aragonesa el conjunto de las islas Baleares, con el nombre de Mallorcas.
De Sevilla
Cabeza de uno de los más cultos reinos de taifas musulmanes fue conquistada por Fernando III el Santo el año 1248.
De Cerdeña
Desde el siglo XIV su historia está unida a la de Aragón que, al ser la primera potencia naval
del Mediterráneo, no podía permitir que las continuas guerras de los habitantes de esta isla estorbaran su navegación. Después de someter numerosas sublevaciones la isla quedó, en 1409, completamente pacificada y unida, con fuertes lazos culturales y amistosos, a la Corona Aragones.
De Córdoba
Capital del Califato del siglo X, se la llamó “el ornato del mundo” por su belleza y su cultura. Fernando III la conquista el año 1235.
De Córcega
Anexionada por Aragón en la misma época y por los mismos motivos que Cerdeña.
En 1559 fue cedida a Génova por Felipe II.
De Murcia
Fue incorporado a Castilla este reino por Alfonso X el Sabio cuando aún era príncipe, el año 1241. Veinte años después, ya rey, estuvo a punto de perderlo por el levantamiento general de los mudéjares(musulmanes súbditos de los cristianos), apoyados por el rey de Granada, vasallo infiel, y el rey almohade de Túnez. Ocupado Alfonso en las plazas andaluzas no puede acudir a Murcia, pero su suegro, Jaime I de Aragón, recobró el reino y lo entregó generosamente a su yerno el rey Sabio.
De Jahén
Durante el cerco de esta ciudad por Fernando III, en diciembre de 1245, el rey de Granada acudió a su campamento y, como hemos dicho antes, firmó pacto de vasallaje y le entregó la ciudad.
De los Algarves
Esta comarca del sur de Portugal y al oeste de la península(“al-Gharb en árabe es poniente)
fue motivo de disputa entre los reyes castellanos y portugueses hasta que Alfonso X el Sabio la entregó como dote a su hija Beatriz al casarla con el rey portugués Alfonso III. Pero como en tantas ocasiones el recuerdo histórico del dominio permanece en la “intitulatio” o intitulación.
De Algeciras
La conquista de esta ciudad por Alfonso XI, el 27 de marzo de 1344, tras un duro cerco de veinte meses, supone el fin del “problema del Estrecho” al culminar, con esta victoria, la del Salado de cuatro años antes, que salvó a Tarifa y cerró la puerta de España a África.
De Gibraltar
Conquistada esta plaza por Fernando IV se pierde en época de su hijo Alfonso XI quien muere en su cerco, cuando intentaba recuperarla el año 1350. Y pasará más de un siglo antes de que sea recobrada, en época de Enrique IV. Para perderse tras doscientos cincuenta años, al ser ocupada por los ingleses el año 1704 en la Guerra de Sucesión entre Felipe V y el archiduque Carlos de Austria. Ocupación que, aunque el Tratado de Utrech (1713) consolidará, no fue admitida ni por Felipe V ni por sus sucesores, Fernando VI y Carlos III, quienes intentaron su recuperación en repetidas guerras del siglo XVIII, sin conseguirlo; aunque sí nos fue devuelta en 1782 la isla de Menorca, que también se había perdido en Utrech.
De las Islas de Canarias
Desde el siglo XIV varias expediciones particulares, aunque al servicio de la Corona Castellana, conquista algunas islas, y se continúan con conquistas menores en el siglo XV, hasta que los Reyes Católicos, de 1477 a 1496, por una sistemática guerra conquistan todas y las incorporan a la Corona.
De las Indias e tierra firme del mar océano
Las Indias: A las tierras descubiertas por Cristóbal Colón en 1492 se les dio este nombre por creer formaban parte de las Indias del continente asiático. Muy pronto se comprobó que no era así, aunque Colón nunca lo aceptará, y España mantuvo siempre en su lenguaje oficial el nombre de Indias. Solo agregó posteriormente el calificativo de Occidentales para distinguirlas de las verdaderas, asiáticas u Orientales.
El nombre de América se extendió por toda Europa a partir de 1507, con la publicación de la Cosmographie de Waldsemuller que incluía una carta de Américo Vespucio. Éste era un florentino, afincado en Sevilla, que había tomado parte, de 1497 a 1503 en cuatro viajes de exploración a las Indias, a las que él llamó en esa carta mundo nuevo y que, injustamente, se convirtió en el mundo de Américo o América. Islas e tierra firme: Ya en 1502, por contraste con las primeras tierras descubiertas en las islas del archipiélago antillano, se empezó a llamar Tierra Firme a la tierra continental de la costa colombiana y centroamericana del mar Caribe. Mar Océano: El Atlántico, nombre debido a los griegos, se convierte en la Edad Media en Mar Tenebroso, donde se creía terminaba el mundo. De ahí el nombre del cabo gallego: Finisterre. A veces, se agrega a este título de islas e tierras, la frase: descubiertas e por descubrir.
Conde de Barcelona
En los primeros tiempos de la Reconquista surgen una serie de condados en los aledaños de los Pirineos Orientales que, unidos bajo la protección del emperador Carlomagno, formaban una marca, territorio defensivo de frontera, que por su origen visigodo se llamó marquesado de Gotia en su totalidad y Marca Hispánica en sólo su parte meridional. Con la decadencia de los descendientes de Carlomagno, los carolingios, la Marca Hispánica se independizó y tomó el nombre de Principado de Cataluña con su cabeza en Barcelona por la mayor importancia de este condado y de su capital.
Señor de Vizcaya e de Molina
El señorío de Vizcaya lo incorpora a la Corona Castellana el rey Juan I (1379- 1390) que lo había heredado de su madre, doña Juana Manuel, sobrina del señor de Vizcaya don Juan Núñez de Lara, que lo había sido por su matrimonio con doña María López de Haro hija del último descendiente del fundador del señorío, Iñigo López “Ezquerra” o el “zurdo”.
Los señores de Vizcaya oscilan entre Navarra y Castilla hasta inclinarse definitivamente por ésta, cooperando con gran brillantez en la Reconquista desde Fernando III a Alfonso XI. El primer alcaide de Alcalá de Benzayde nombrado por Alfonso XI, según el Poema o Crónica Rimada de este rey, fue don Diego López de Haro, hijo de don Lope el Chico hijo tercero del undécimo señor de Vizcaya, que había quedado muy heredado en Baeza, cuando su padre volvió a Vizcaya tras participar en la conquista de Sevilla.
El señorío de Molina se ubicaba alrededor de esta población amurallada y con importante castillo perteneciente ahora a la provincia de Guadalajara. Pasó a la Corona Castellana con la reina doña María de Molina, abuela y tutora de Alfonso XI, hija del infante don Alfonso de Molina, hermano de Fernando III el Santo, cuya primera mujer había sido la última señora de Molina.
Duque de Atenas e de Neopatria
La famosa expedición de catalanes y aragoneses a oriente, llamados por el emperador Andrónico para defender el imperio bizantino de los turcos, tuvo como resultado la creación de un Estado catalán en Grecia que duró más de ochenta años (1311-1390), integrado por los ducados de Atenas y Neopatria bajo la protección de la Corona aragonesa.
El grueso de la expedición estaba compuesto por hombres dedicados exclusivamente a la guerra, llamados almogávares, dirigidos por nobles catalanes bajo el mando de Roger de Flor. El asesinato de este por los bizantinos, envidiosos de sus éxitos en Asia Menor, provocó, por una parte, la violenta reacción de sus tropas que ha pasado a la historia con el expresivo nombre de venganza catalana, y, por otra, el establecimiento de éstas en tierras griegas
Conde de Ruysellón y de Cerdaña
El Rosellón, condado pirenaico catalán con capital en Perpiñán fue cedido, tras los pasados y largos enfrentamientos de Fernando el Católico, con reyes franceses, por Felipe IV a Francia en el año 1659 en la llamada paz de los Pirineos.
La Cerdaña, comarca catalana con capital en Puigcerdá, aunque fue ocupada en varias ocasiones por Francia, ésta siempre fue obligada a devolverla.
Marqués de Oristán e de Gociano
Oristán, ciudad de la costa occidental de Cerdeña con un imponente castillo elevado por los aragoneses.
Gociano o de Gotia. Ya vimos antes que el conde de Barcelona fue marques de Gotia durante el siglo IX.
Archiduque de Austria
Aparecen ya los títulos de la dinastía Habsburgo-Borgoña o Austria-Borgoña, correspondientes a la herencia de Felipe I el Hermoso, marido de la reina Juana, e hijo de Maximiliano de Austria y María de Borgoña.
Austria era la marca oriental (ostermark) del imperio de Carlomagno. En 1263 Rodolfo de Habsburgo, elegido emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, decide crearse un estado patrimonial sobre las tierras de Austria, y otras cercanas, con el título de marqués que, posteriormente, al engrandecerse sus dominios fue elevado a ducado y mas tarde a archiducado, cuando la dignidad imperial que era electiva se convierte casi en hereditaria en la dinastía de los Habsburgo, desde Alberto II y Federico III. Este ultimo padre de Maximiliano I, abuelo de Carlos V.
A partir de Fernando I, hermano y sucesor de Carlos V en el Imperio, los hijos e hijas del emperador llevaron el titulo de archiduques y archiduquesas.
Duque de Borgoña
Nace el ducado de Borgoña por el testamento del rey francés Juan II el Bueno (1364) que deja este como feudo, al segundo de sus hijos, el cual no tarda mucho en independizarse de Francia, al par que aumenta extraordinariamente sus dominios, por conquistas territoriales y, sobre todo, por su matrimonio con Margarita de Flandes que le aporta las ricas ciudades mercantiles de los Países Bajos, constituyéndose Borgoña en el centro político-cultural más importante del siglo XV. Hasta el punto de que el Renacimiento flamenco-borgoñón es comparable, en su transcendencia, al Quatrocento italiano.
En Dijón, capital de la Borgoña, se encuentra las artísticas tumbas del gótico final donde yacen sus duques. Entre ellos Carlos el Temerario, bisabuelo de Carlos V y padre de María de Borgoña.
En la guerra que esta ultima y su marido, Maximiliano de Austria, sostuvieron con el rey francés Luis XI perdieron la Borgoña, que ya nunca pudo ser recuperada, pese a la constante aspiración y esfuerzos de Carlos V, que recomienda a su hijo Felipe II tenga siempre presente a Borgoña nuestra patria, y que introduzca en España el ceremonial y la etiqueta borgoñones.
Duque de Bravante
La provincia de Bravante era una de las más importantes de los Países Bajos, que entonces englobaban lo que hoy llamamos Benelux, en ella se encuentra Bruselas, donde se reunían los Estados Generales, en los que estaban representados todos los dominios del Estado Borgoñón, y Lovaina, la capital cultural con su famosa universidad.
Duque de Milán
El ducado de Milán, feudatario del imperio que ocupaba parte de la Lombardía al norte de Italia, era importantísimo, no solo por sus ricas ciudades sino por ser imprescindible vía de comunicación entre los dominios españoles de Nápoles y los Países Bajos. A la extinción de la dinastía reinante, los Visconti, Francisco I intentó ocuparlo alegando parentesco y ésta fue la causa, de la primera guerra de este rey con Carlos V, que terminó con la derrota de Pavía en la que cayó prisionero el rey francés.
El emperador concedió la investidura a Francisco de Sforza y, a la muerte de éste, a su hijo, el futuro Felipe II.
Conde de Flandes
Fue creado este condado por los carolingios como marca para la defensa de la costa del Mar del norte contra los normandos. Fue el primero de los títulos del joven Carlos que nació en su capital, Gante.
Conde de Tirol
Formaba parte este condado de los dominios de Austria desde sus comienzos. Verdadera encrucijada de caminos en los Alpes Orientales comunicaba con Italia a través del paso de Brenner hacia la comarca de Trento, o Tirol meridional.
En su capital, Insbruck, se encontraba el célebre sepulcro de Maximiliano I con un cortejo de figuras gigantescas de bronce que encarnan su genealogía. Y en Insbruck gustaba Carlos V de establecerse, sobre todo cuando el Concilio se preparaba a Trento, ciudad entonces imperial, aunque hoy es italiana.
Ecétera
Aquí se incluyen otros muchos dominios, como el Franco Condado, Luxemburgo y ciudades italianas, verdaderas repúblicas bajo la soberanía imperial, como Siena y otras.
CAMBIOS POSTERIORES EN LA INTITULACIÓN
Hasta la anexión de Portugal, el llamado título largo de los reyes se conserva exactamente igual, pero a partir de 1584, se reorganiza de la manera que perdurará hasta bien entrado el siglo XIX. Con la sola diferencia de que Portugal desaparece a partir de la subida al trono de Carlos II, en 1665.
La reorganización consiste en un cambio de orden, de mayor a menor categoría de los títulos y en que desaparecen los ducados de Atenas y Neopatria, los marquesados de Oristán y Goziano y los condados de Rosellón y Cerdeña, apareciendo en cambio el condado de Absburgo (Habsburgo). Al final de toda la titulación figaran el condado de Barcelona y los señoríos de Vizcaya y de Molina.
Ni Felipe V, el primer Borbón, ni sus sucesores cambiaron en nada esta Intitulación, pese a que, por el tratado de Utrech (1713), Felipe renuncia tanto a los Estados Patrimoniales de la Casa de Austria como a Nápoles y demás posesiones en Italia de España. Y tampoco Fernando VII cambia lo de las Indias Orientales y Occidentales, Islas y Tierra firme del mar Océano pese a que desde 1824 éstas habían quedado reducidas a Cuba, Puerto Rico y Filipinas.
Pero todo aquello había quedado impreso en la memoria histórica española.
